(Ciencias de Joseleg)(Biología)(Introducción y biología celular)(La fotosíntesis) (Introducción)(Generalidades de la fotosíntesis)(Física de la fotosíntesis)(Destino de los átomos en la fotosíntesis)(Reacciones de la luz 1, la oxidación del agua)(Reacciones de la luz 2, Cadena de transporte de electrones y fosforilación)(Introducción a las reacciones de la oscuridad)(Etapa de fijación de carbono en las plantas C3)(Etapa de fijación de carbono en las plantas CAM y C4)(Etapa de regeneración de la RuBP)(Etapa de síntesis de carbohidratos)(Evolución de la fotosíntesis)(Referencias bibliográficas)(Versión documento word)
Ya sé que es un anime un poco antiguo, pero Full metal Alchemist (Figura 1) nos introduce a un concepto bastante pertinente a la hora de visualizar mentalmente el funcionamiento de la vida, el intercambio equivalente “para obtener algo debes ofrecer otra cosa de un valor equivalente”.
Figura 1. La vida
funciona por dos tipos de intercambios, los de materia y los de energía
acoplados.
En el mundo real,
sin embargo, la cosa no es tan “equivalente”, debido a las restricciones de la
segunda ley de la termodinámica, ningún pago energético puede hacerse sin pagar
impuesto al universo en forma de calor, por lo que el que recibe, recibirá
menos de lo que se pagó originalmente, en otras palabras, la energía no se
recicla en ciclos ilimitados, así pues, en la realidad “para obtener algo debes sacrificar energía
equivalente a un mayor valor”.
Debido a estas
pérdidas impositivas impuestas por nuestro universo, los sistemas deberían
moverse rápidamente a un caos por falta de energía, sin embargo, nuestro
universo aun es joven, y en consecuencia aún hay mucha energía que puede
moverse. Para que los seres vivos puedan entonces crecer y multiplicarse se
necesita alguien que pague este intercambio más que equivalente, alguien que
pague por nuestra fiesta. En general hay dos pagadores en el planeta Tierra,
las fuentes hidrotermales y el Sol (Schneider
& Kay, 1994, 1995; Von Bertalanffy, 1950). Y dado que esta unidad trata de
fotosíntesis, nos interesará en consecuencia como es que el Sol paga por
nuestra fiesta.
Cada
año, la Tierra está bañada en fotones con un contenido energético total de aproximadamente
Tradicionalmente
la fotosíntesis se divide en dos etapas, y he de admitir que sus nombres son
demasiado poéticos para mis muy sistemáticos gustos, siendo llamadas las
reacciones de la luz y las reacciones de la oscuridad. Tal como ocurre con el
tradicional símbolo del ying y el yang, una vez asociadas, estos dos grupos de
reacciones no pueden independizarse, una depende de la otra en los organismos
que la poseen, aun cuando para su evolución, la una pudo haber evolucionado
independientemente a la otra (Pessarakli, 2016).
Aunque
la fotosíntesis se realiza de manera diferente por diferentes especies, el
proceso siempre comienza cuando la energía de la luz es absorbida por las
proteínas llamadas centros de reacción que contienen pigmentos verdes de
clorofila. En las plantas, estas proteínas se mantienen dentro de organelos
llamados cloroplastos, que son más abundantes en las células foliares, mientras
que en las bacterias están incrustados en la membrana plasmática. En estas
reacciones dependientes de la luz, se utiliza cierta energía para despojar
electrones de sustancias adecuadas, tales como agua, produciendo dioxígeno
gaseoso. El hidrógeno ionico “ion protio(1+) o simplemente protones” liberado
por la división del agua se utiliza en la creación de otros dos compuestos que
actúan como medios inmediatos de almacenamiento de energía: nicotinamida
adenina dinucleótido fosfato (NADPH) y adenosina trifosfato (ATP), la
"moneda de la energía" de las células (Pessarakli, 2016).
En plantas,
algas y cianobacterias, el almacenamiento de energía a largo plazo en forma de
azúcares es producido por una secuencia subsiguiente de reacciones
independientes de la luz llamada ciclo de Calvin; Algunas bacterias utilizan
diferentes mecanismos, como el ciclo inverso de Krebs, para lograr el mismo
fin. En el ciclo de Calvin, el dióxido de carbono atmosférico se incorpora en
los compuestos de carbono orgánico ya existentes, como el bisfosfato de
ribulosa (RuBP). Utilizando el ATP y NADPH producido por las reacciones
dependientes de la luz, los compuestos resultantes se reducen y se eliminan
para formar otros carbohidratos, tales como glucosa (Pessarakli, 2016).
La fotosíntesis de puede clasificar como fotosíntesis de
tipo I, la cual posee únicamente el fotosistema I; y la fotosíntesis del tipo
II que posee los fotosistemas I y II de manera acoplada. La fotosíntesis que estudiaremos a
continuación se centra en las plantas terrestres, por lo que estudiaremos la
fotosíntesis del tipo II. Ambas fotosíntesis presentan diferencias notables en
su distribución biológica, sus materias primas y sus productos finales. La
fotosíntesis del tipo I se restringe especialmente a las bacterias verde
sulfurosas, sus materias primas son ácido sulfhídrico, dióxido de carbono y
luz, mientras que su producto principal es azúcar y azufre molecular. En la
actualidad muchos biólogos están de acuerdo en que la fotosíntesis del tipo I
es la más antigua, y la razón principal es que es más simple, ya que requiere
un solo complejo fotosintético, aunque claro solo funciona si hay electrones de
energía intermedia accesibles (Cardona, Murray, & Rutherford, 2015).
La fotosíntesis del tipo II es ampliamente distribuida en
varias especies de bacterias entre las que destacan las cianobacterias. La
principal ventaja de la fotosíntesis de tipo II es que consta de dos
fotosistemas, el primero llamado fotosistema II carga electrones de bajísima
energía con energía solar, estos electrones provienen del agua, por lo que
libera a las bacterias de sus nichos minerales, es decir, donde quiera que
exista agua, de aquí en adelante existiría vida, con los electrones excitados
al nivel medio, el fotosistema I o arcaico los podía retomar y proseguir la
actividad de síntesis de carbohidratos normal (Blankenship, 1992; Blankenship & Hartman, 1998; Cardona, 2017;
Pessarakli, 2016).
Pero no podemos olvidar la poesía del intercambio equivalente, y es que tanta
dicha venía acompañada con un detalle, que al igual que nuestra industria
humana moderna se traduce en un gas de desecho que resulta tóxico. Estamos
hablando del dioxígeno gaseoso O2.
Por muchos milenios las cantidades de dioxígeno se acumularon en la atmósfera,
pero a medida que se producía era consumido por el hierro disuelto en los mares
en forma del ion hierro(2+) el cual capturaba el oxígeno y reaccionaba para
formar óxido de hierro(3+) o hierro férrico (Bekker et al., 2014; De Duve & Pizano, 1995; Gaucher, Sial, &
Frei, 2015; Planavsky et al., 2014). Cuando el hierro se acabó la
atmósfera se saturó de repente, generando el gran evento de oxigenación,
conocido como la primera extinción en masa (Fru et al., 2016; Johnson et al., 2015; Planavsky et al., 2014;
Schirrmeister, de Vos, Antonelli, & Bagheri, 2013; Schirrmeister, Gugger,
& Donoghue, 2015; Zerkle et al., 2017).
Cierto tipo de cianobacterias se encuentran como
endosimbiotes de células eucariotas conocidas como algas o plantas y se las
llama cloroplastos (Gray & Archibald, 2012). La fotosíntesis del tipo II
es la fotosíntesis que estudiamos en primaria y que veremos con mayor
profundidad en los artículos posteriores. Al igual que la respiración celular
aeróbica y en la glucólisis, la fotosíntesis se la debe entender como
reacciones de transferencia de energía, en las que, los portadores de energía se
convierten en pasos clave. Saber distinguir donde se producen o donde se
consumen los portadores de energía, permiten dar orden y comprensión a los
muchas veces confusos diagramas de reacciones.
Tal como la suma complementa a la resta siendo lo mismo,
pero en sentido opuesto, la fotosíntesis tiene su opuesto en la respiración
celular aeróbica.
2
Reacción generalizada de la fotosíntesis.
3
Reacción generalizada de la respiración celular aeróbica.
Las reacciones de luz de la
fotosíntesis se parecen mucho a los eventos de fosforilación oxidativa o cadena
de transporte de electrones respiratoria. La respiración celular es la
oxidación de la glucosa a CO2 con la reducción de O2 al agua, un proceso que genera ATP. En la
fotosíntesis, este proceso debe invertirse, reduciendo el CO2 y
oxidando el H2O para sintetizar la glucosa. Ahora bien, sé que se
pasaron por alto la parte crítica y casi que mágica de la fotosíntesis, es
decir, estamos hablando de oxidar el agua, una de las moléculas más oxidadas y
de menor energía que existen en la naturaleza, porque si hubiera modo fácil de
oxidar el agua, créanme que ya conducirías autos que queman agua para
movilizarnos, pero la naturaleza no funciona así, o por lo menos no de manera
sencilla.
Aunque los procesos de
respiración y fotosíntesis son químicamente opuestos entre sí, los principios
bioquímicos que rigen los dos procesos son casi idénticos, lo cual da pistas de
una evolución por reclutamiento paralelo y duplicaciones genéticas. La clave
para ambos procesos es la generación de electrones de alta energía. El ciclo
del ácido cítrico oxida los combustibles de carbono a CO2 para
generar electrones de alta energía. El flujo de estos electrones de alta
energía en una cadena de transporte electrónico genera una fuerza motriz
protónica para que la f1f0 ATP sintasa genere ATP para otros procesos celulares,
sin contar con otras moléculas portadoras de energía como NADH2.
Para sintetizar glucosa a partir de CO2, se requieren electrones de alta energía para dos
propósitos:
·
proporcionar
potencia reductora en forma de NADPH para reducir CO2.
·
generar ATP para
alimentar la reducción.
¿Cómo se pueden generar
electrones de alta energía sin usar un combustible químico? Inicialmente sería
como pretender generar fuego a partir de cenizas, pero recuerden que el Sol
paga la fiesta. La fotosíntesis utiliza la energía de la luz para impulsar los
electrones de un estado de baja energía a un estado de alta energía. En el
estado de alta energía e inestabilidad, las moléculas cercanas pueden fugarse
con los electrones excitados. Estos electrones se utilizan para producir energía
reductora, y para generar una fuerza motriz de protones a través de una
membrana, que conduce posteriormente a la síntesis de ATP. Las reacciones que
son impulsadas por la luz del sol se llaman las reacciones de luz.
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