(Ciencias de Joseleg)( Biología)( Introducción y biología celular)(Iniciando en Ciencias Naturales) (Introducción)(Historia de las ciencias)(Epistemología de las ciencias)(Teorías, fenómenos e hipótesis)(de los experimentos a las leyes)(La humanidad de la ciencia)(Las principales ciencias de la naturaleza)(Referencias bibliográficas)(Versión documento word)
Las llamamos ciencias naturales, porque se buscan
explicaciones naturales a los fenómenos naturales.
Para entender la naturaleza y el mundo en que se vive, todos los seres humanos consciente o inconscientemente poseen una posición epistemológica. Aunque no sepan sus nombres posiblemente toda postura epistemológica puede clasificarse en alguna de las cuatro categorías siguientes: idealismo ontológico, naturalismo ontológico; idealismo metodológico y naturalismo metodológico. Un individuo debe poseer al menos una postura en el eje ontológico y una postura en el eje metodológico.
Figura 10. Georges Lamaitre. Fue un sacerdote católico y un
físico teórico que sentó las bases de la teoría del BigBang, para él la ciencia
es como nadar, los creyentes y no creyentes deben hacerla del mismo modo para
que funcione y no implica creer en un dios específico.
El eje ontológico
hace referencia a las verdades inmutables o a las verdades personales, es lo
que la persona piensa que es, mientras que el eje metodológico hace referencia
a un medio para el estudio, en este caso el estudio de la naturaleza. El eje
naturalista o materialista implica un arraigo a los fenómenos naturales y a
explicaciones naturales o físicas, a veces lo llaman fisicismo o fisicalismo,
mientras que el eje idealista representa explicaciones de orden metafísico como
los dioses, los espíritus etc. Bajo este orden de ideas las cuatro posturas
pueden definirse del siguiente modo (Blanco,
2012):
· Idealismo ontológico: considera que la verdad inmutable de las
cosas, el ser en sí y no el ser en otros, la realidad última se encuentra más
allá de las entidades materiales o naturales, siendo generalmente esta la
postura de las religiones, pero también una postura filosófica como en el
platonismo. Para estas personas las entidades materiales son sombras
imperfectas de una realidad más sublime.
· Naturalismo ontológico: considera que la verdad inmutable de las
cosas, el ser en sí y no el ser en otros, la realidad última se encuentra
únicamente en este mundo físico sujeto a las interacciones de la materia, toda
entidad que se presume metafísica o no existe o es una dimensión física que aún
no ha sido adecuadamente representada, en esta perspectiva se encuentran los
ateos.
· Idealismo metodológico: considera que el mejor medio para estudiar
la naturaleza es por medio de entidades metafísicas, como Dios, los dioses, los
espíritus o inclusive la razón pura desconectada de todo argumento material
como aseguraba Platón en el mito de la caverna.
· Naturalismo metodológico: considera que el mejor medio para estudiar
la naturaleza es por medio de explicaciones naturalistas, en otras palabras,
emplear explicaciones naturales para los fenómenos naturales sin acudir a los
dioses. En este caso la razón pura debe conectarse con la materia a través de
un aparato lógico-matemático y un sistema experimental. Las explicaciones
naturalistas siempre se presumen imperfectas, por lo que su prestigio se
desprende de su utilidad práctica.
El naturalismo
metodológico es un auto-límite que se imponen los científicos en la actualidad
para poder explicar los fenómenos naturales empleando únicamente causas
naturales. Ya habíamos introducido esta regla mediante la expresión: La ciencia es como un juego donde la principal
regla es emplear a las causas secundarias para explicar los fenómenos
naturales, apelar a la causa primaria “Dios” es hacer trampa. Antes
que plantear una justificación filosófica al naturalismo metodológico resulta
importante justificarlo a través de sus logros tangibles. Hemos aprendido mucho
a cerca del universo al adoptar al naturalismo metodológico como el espíritu
subyacente de las ciencias de la naturaleza aun cuando puede parecer una tara o
limite en las justificaciones personales. El naturalismo metodológico se opone
a explicaciones sobrenaturales y fue empleado de forma importante durante la
revolución científica, algunos ejemplos notables son Galileo o Lamaitre, ambos
fervorosos católicos (Blanco,
2012).
El naturalismo metodológico no implica un naturalismo ontológico, uno puede ser lo primero sin ser lo segundo. Usted puede ser tranquilamente un naturalista metodológico en el contexto científico y al mismo tiempo ser un idealista ontológico en su espiritualidad “creer en dios” o en otras facciones “como creer en extraterrestres, las hadas etc etc etc”. Desde la historia de las ciencias podemos ver a una gran cantidad de idealistas ontológicos “teístas” que creen en Dios, una realidad espiritual trascendente y al mismo tiempo en su labor académica y científica emplean el naturalismo metodológico. De hecho, todas las grandes teorías de la naturaleza se basan en haber sido construidas por el naturalismo metodológico, pero por alguna razón solo la evolución resulta cuestionada por serlo (Blanco, 2012).
Figura 11. Pensamiento científico en la
escuela. En
la actualidad, igual que en su nacimiento, el pensamiento científico aún tiene
relaciones complejas y tensas con ciertas concepciones religiosas,
especialmente en el currículo escolar de algunos países como Estados Unidos o
Turquía entre otros, especialmente en la biología relacionada a las
explicaciones naturalistas sobre el origen del hombre.
Newton, Mendel,
Lamaitre, Einstein todos fueron teístas y la mayoría creyentes fervorosos en
Dios, pero aun así de ellos debemos teorías que son metodológicamente
naturalistas en las que apelar a la causa primera es innecesario, no por que no
exista, sino porque es inválido para las reglas de juego de la ciencia. Cabe
destacar que la alternativa al naturalismo metodológico es el idealismo
metodológico, sin embargo, tal programa de investigación ya se intentó,
floreció en la edad media y en muchos lugares de la edad antigua, donde se
empleaba el poder de los dioses o de la mente pura para intervenir en la
naturaleza o sanar las enfermedades, sin embargo, las capacidades de esta
metodología son en el mejor de los casos cuestionables, fe-dependientes y poco
reproducibles. Los logros del naturalismo metodológico es lo que le aporta su
prestigio, no su belleza filosófica, los científicos se enorgullecen del
naturalismo metodológico en base a sus logros corporizados a través de una
tecnología que puede usar cualquier individuo independientemente de sus
posturas ontológicas, en otras palabras, el naturalismo metodológico no es
fe-dependiente. De hecho, Lamaitre dijo alguna vez que la ciencia es como
nadar, no necesitas creer en Dios para hacerlo, pero tanto religiosos como
ateos deben nadar de la misma manera, por mucha fe que se tenga en Dios no se
puede esperar a que él te haga flotar por arte de magia; en otras palabras, el
naturalismo metodológico al no depender de la fe o la cultura es universal, un
científico es igual de científico en Japón, Europa o América latina (Blanco,
2012).
Existen varias
razones por la cual los científicos al hacer ciencia limitan sus explicaciones
solo unas cuantas permitidas por los presupuestos del naturalismo metodológico.
La primera es el empirismo y a experimentación. La posibilidad de generar
hipótesis a través de las teorías que luego sean revisadas por la
experimentación, depende de la existencia metodológica de las leyes de la
naturaleza. Sin la regularidad que las leyes naturales proponen, no podrían
realizarse predicciones confiables sobre la naturaleza, por lo que diseñar
experimentos seria problemático. Peor aún, sin la posibilidad de manipular las
leyes de la naturaleza la capacidad de generar tecnología sería imposibilitada
debido a que no sería posible predecir el comportamiento de los instrumentos
que manipulan o emplean los principios rectores de las leyes de la naturaleza (Blanco,
2012).
¿Si existen causas
metafísicas como podemos experimentar sobre ellas? Las causas metafísicas son
por definición inmateriales, por lo que cualquier diseño experimental por
definición no podría estudiarlas. Adicionalmente aun cuando se generarán datos
de varios experimentos, si se explicaran a través de causas metafísicas no
habría forma de proponer otros experimentos para probar las anomalías. Incluso
la noción misma del análisis de los datos sería inviable ya que no podría
saberse si los resultados del primer experimento se deben a errores
experimentales, limitaciones tecnológicas o a los caprichos de alguna deidad o
entidad espiritual (Blanco,
2012).
Apelar a in idealismo metodológico, es decir a emplear
causas supernaturales en el momento en que se llega a un problema complejo es
un muro para plantear nuevas preguntas. No podría saberse si el problema son
tecnologías inadecuadas, instrumentos matemáticos poco desarrollados,
presupuestos teóricos erróneos, o tecnología anticuada. No habría razón para
seguir investigando más allá cuando se encuentra con una respuesta todo
poderosa e incuestionable de “Dios lo hizo”, sobre todo si al preguntarse por
el cómo existe un bloqueo fundamental de procesos metafísicos que no pueden ser
repetidos mediante diseños experimentales directos o indirectos.
Como un científico que también practica una de las
religiones más populares del planeta llamada Cristianismo Católico, yo empleo
el naturalismo metodológico como una presunción fundamental para aprender más a
cerca de la creación hecha por Dios. Usando las presunciones del naturalismo
metodológico es posible aplicar las herramientas de la ciencia de forma tal que
podemos percibir la belleza de la creación en un sentido mucho más profundo y
especialmente mucho más detallado. Sin embargo, la percepción de esta belleza
proviene de mis raíces religiosas y no del trabajo científico.
A pesar de que se puede apelar a los orígenes mismos de la
palabra ciencia para criticar la postura que reconcilia el idealismo ontológico
con el naturalismo metodológico, desde que las ciencias abandonaron la postura
empiro-positivista la cuestión ha sido muy diferente. El
objeto de la ciencia no es encontrar verdades absolutas e inalterables como si
se tratara de dogmas religiosos. El objetivo de las ciencias es la formulación
de modelos y teorías que permiten explicar, predecir y manipular a la
naturaleza, generando una relación dialógica con la tecnología
para el mejoramiento de nuestras condiciones de vida. Los modelos teóricos deben
tener una coherencia interna entre sus postulados y una coherencia externa con
la mayoría de los resultados experimentales. Sin embargo, ninguna teoría tiene
como condición para ser científica, concordar con todos los datos, con todos
los experimentos. Si fuera de este modo ya no existirían nuevas preguntas por
realizar, nuevos problemas por resolver, nuevos trabajos por realizar, en otras
palabras, si una teoría científica fuera perfecta, no habría más ciencia por
hacer.
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