lunes, 28 de junio de 2021

Introducción a la biología de tejidos y el cáncer

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Una célula aislada es el primer nivel de complejidad que puede catalogarse como vivo. En este punto los seres pueden ser unicelulares o multicelulares. Si es un ser unicelular entonces ingresa directamente en el nivel de complejidad de la población, la comunidad y el ecosistema. Sin embargo, si hablamos de seres vivos multicelulares existen otros niveles de complejidad que se generan entre la célula y la población. El primero de esos niveles de complejidad es el tejido de células. Al nivel del microscopio óptico, las células y componentes extracelulares de varios órganos presentan patrones morfológicos distintivos. Esta organización en patrón refleja que todas las células allí realizan un esfuerzo colectivo para realizar una función particular.

Un tejido se puede definir como la agregación cooperativa de células generadas por un mismo material genético para la realización de una misma función y que están embebidas en una matriz que permite un trabajo colectivo. A pesar de que frecuentemente se dice que las células son las unidades estructurales y funcionales de los seres vivos “teoría celular”, son realmente los tejidos los que son responsables del mantenimiento de las funciones celulares. Las células al interior del tejido colaboran entre sí, se comunican y organizan, lo que hace que el tejido opere como una unidad supracelular.

Los tejidos son estructuras exclusivas de los seres vivos eucariotas, en los que una sola célula o cigoto da lugar a una entidad de muchas células organizadas en tejidos. Sin embargo, las células procariotas o bacterianas también pueden presentar casos de cooperativismo colectivo en forma de lo que se ha denominado biopelículas. Una biopelícula es como su nombre lo indica una película semejante al plástico, pero hecha de células vivas y sus secreciones biológicas con el fin de mejorar su supervivencia. Al igual que el tejido de los eucariotas, en las biopelículas las células se organizan para cumplir funciones colectivas, sin embargo, existen diferencias. La primera es que las células de una biopelícula son todas individuos, que pertenecen incluso a diferentes especies, cuando se reproducen, los individuos lo hacen a largo plazo, es decir a la siguiente generación. En un tejido todas las células pertenecen a la misma especie y al mismo tejido, y cuando se reproducen estas no aportan nada a la siguiente generación, tan solo regeneran el tejido del que hacen parte. La importancia de la biopelìcula recae en el hecho de que las bacterias insertas en sus secreciones conocidas como matriz extracelular sobreviven y resisten más adecuadamente factores externos, como los agentes químicos.

Los tejidos eucariotas también segregan una matriz extracelular, y en muchas ocasiones, la matriz puede definir al tejido, más que las propias células que lo segregan. Dependiendo del tipo de tejido la matriz extracelular posee propiedades variables, algunas matrices son muy fluidas como el plasma de la sangre. Otras matrices son realmente duras como el hueso o el cartílago. Algunos tejidos poseen poca matriz con respecto al volumen de sus células como en el tejido conectivo graso, pero otros pueden ser más matriz que células como en el tejido óseo. Las propiedades de la matriz están dadas por su contenido de agua, nutrientes, proteínas y otras sustancias. Dependiendo de la mezcla la matriz será blanda, dura o fluida. Una de las sustancias más importantes de la matriz es el colágeno, una fibra de proteínas que le otorga cohesión al tejido. Adicionalmente el colágeno sirve como base para que otras sustancias se peguen a él como el carbonato de calcio o el hialurano de sodio. Estas sustancias que se asocian al colágeno alteran las propiedades del tejido, en el caso del carbonato de calcio generan el hueso, y con el hialurano de sodio el cartílago.

Como sucede en todos los niveles de complejidad, cuando pasamos de un nivel a otro un cierto número de propiedades nuevas aparecen. Estas propiedades nuevas que presenta el nivel de complejidad mayor se las denomina propiedades emergentes. Un ejemplo de ello son los tejidos que cubren a otros tejidos para protegerlos, los llamamos epitelios. Una célula aislada de un epitelio no puede realizar por si sola la función de cubrir a otro tejido, debido a que no tiene el tamaño suficiente para cubrir a otras. Es el tejido como un todo el que cubre. Sin embargo, una masa de células epiteliales no puede cubrir a otras, deben organizarse en un patrón específico, por ejemplo, una membrana de células de espesor variable. Lo anterior nos lleva a otro aspecto de las propiedades emergentes, estas surgen debido a la organización de los componentes individuales para formar un todo con nuevas capacidades.

Percivall Pott

(6 de enero de 1714 en Londres - 22 de diciembre de 1788) fue un cirujano inglés, uno de los fundadores de la ortopedia y el primer científico en demostrar que un cáncer puede ser causado por un carcinógeno ambiental.

Realizó su aprendizaje con Edward Nourse, cirujano asistente del Hospital de San Bartolomé, y en 1736 fue admitido en la Barbers 'Company y obtuvo la licencia para ejercer. Se convirtió en cirujano asistente de San Bartolomé en 1744 y cirujano titular desde 1749 hasta 1787.

Como el primer cirujano de su época en Inglaterra, sobresaliendo incluso a su alumno, John Hunter, en el aspecto práctico, Pott introdujo varias innovaciones importantes en el procedimiento, haciendo mucho para abolir el uso extensivo de escaróticos y el cauterio que prevalecía cuando comenzó su carrera profesional.

En 1756, Pott sufrió una fractura en la pierna después de una caída de su caballo. A menudo se asume que su lesión fue la misma que más tarde se conocería como la fractura de Pott, pero en realidad la pierna rota de Pott era una fractura compuesta mucho más grave de la tibia. Mientras yacía en el lodo, envió a un sirviente a comprar una puerta en un sitio de construcción cercano, luego se hizo colocar él mismo en la puerta y llevarlo a casa. Los cirujanos limpiaron la herida y hablaron sobre la amputación, una operación que en ese momento tenía una tasa muy alta de fracaso, ya que a menudo conducía a sepsis y muerte, pero Pott logró que le entablillaran la pierna y finalmente se recuperó por completo. En 1769, Pott publicó Algunas pocas observaciones sobre fracturas y dislocaciones. El libro fue traducido al francés y al italiano y tuvo una gran influencia en Gran Bretaña y Francia. Su nombre fue escrito en los anales de la medicina, describiendo primero la tuberculosis artrítica de la columna (enfermedad de Pott). Dio una excelente descripción clínica en sus Comentarios sobre ese tipo de parálisis de las extremidades inferiores. Entre sus otros escritos, los más notables son Tratado sobre rupturas (1756) y Observaciones quirúrgicas.

En 1775, Pott encontró una asociación entre la exposición al hollín y una alta incidencia de cáncer de escroto (que luego se descubrió que era un tipo de carcinoma de células escamosas) en los deshollinadores. Esta enfermedad inusual, posteriormente denominada carcinoma de deshollinadores debido a la investigación de Pott, fue el primer vínculo ocupacional con el cáncer, y Pott se convirtió en la primera persona en asociar una malignidad con un carcinógeno ambiental, implicando al hollín de la chimenea como un carcinógeno de contacto directo con la piel. Su trabajo ayudó a conducir a la Ley de deshollinadores de 1788.

Los últimos estudios en animales (1933) pintando alquitrán de hulla sobre la piel demostrarían el papel del primer carcinógeno químico probado, benzo[α]pireno, que se presenta en altas concentraciones en el humo y el hollín de las chimeneas, con el proceso que Pott identificó por primera vez. Las primeras investigaciones de Pott contribuyeron así a la ciencia de la epidemiología y la Ley de deshollinadores de 1788. Desde entonces, el mismo químico responsable del cáncer único de los deshollinadores de Pott ha demostrado ser el principal sospechoso de varios cánceres causados ​​por el humo del cigarrillo y cualquier vapor de combustión.

En 1765, fue elegido Maestro de la Compañía de Cirujanos, precursor del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra.

Referencias: (Brown & Thornton, 1957; Flamm, 1992). 

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