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blancos o leucocitos)(Las
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Los glóbulos blancos o leucocitos son enviados a través de la sangre a los sitios de la infección, donde defienden el cuerpo contra microorganismos invasores y agentes extraños en conjunción con los anticuerpos y agentes proteínicos de la sangre. A pesar de su nombre genera, los glóbulos blancos comprenden 5 líneas celulares independientes denominados: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos. Estas 5 líneas se derivan de tres líneas de desarrollo, la línea mieloide la línea linfoide y la línea monocítica.
Figura 51. El color de los leucocitos es de hecho blanco, pues es el color
con el que pigmentan a la linfa o en el centrifugado de sangre total, al
microscopio los vemos morados debido a que usamos pigmentos para poderlos ver,
y valla que es difícil.
Las células maduras de la línea mieloide (neutrófilos,
eosinófilos y basófilos) son denominados granulocitos basados en su apariencia
después de ser coloreados con colorantes policrómicos como el Wright. Los
núcleos de los granulocitos más maduros poseen núcleos que se han dividido
parcialmente en dos o más hasta cinco lóbulos interconectados por líneas de
cromatina. Esta disposición del núcleo les otorga una apariencia multinucleada,
por lo que también son conocidos por leucocitos polimorfonucleados.
Los linfocitos y los monocitos se conocen como leucocitos
agranulados, y sus núcleos generalmente mantienen una morfología normal, por lo
que también de los denomina leucocitos mononucleados. Encontrar a los cinco
guardianes del cuerpo de forma simultánea es un evento raro, tan raro que solo
se conoce una microfotografía de tal evento. Esto se debe a que
algunosleucocitos como los monocitos son muy poco comunes y es raro
encontrarlos solos, menos aun con los demás leucocitos.
Los leucocitos neutrófilos son el tipo de leucocito con
mayor prevalencia en la sangre periférica la mayoría del tiempo (40-75% de
todos los leucocitos). Los neutrófilos fagocitos “en la imagen siguiente se lo
muestra fagocitando a una bacteria de antrax” con apariencia de amebas y representan
la primera línea de defensa celular del organismo, en una respuesta
inflamatoria son los primeros en llegar al sitio de la alarma. Los neutrófilos
son una piedra angular del sistema inmune, ya que ellos son los de dan la
alarma a las siguientes líneas celulares de leucocitos, defectos en el
funcionamiento de estas células conlleva con rapidez a una infección masiva y
de manera casi inevitable a la muerte.
La misión primaria de los neutrófilos es encontrar bacterias
u hongos y neutralizarlos mediante un proceso de fagocitosis (una célula
engloba a otra y luego la mata). El proceso puede dividirse en cuatro pasos:
En el primer paso la célula intrusa es marcada por anticuerpos circulantes en sangre que se unen a ella. Esto la marca como un agente extraño. En otras ocasiones la bacteria simplemente libera factores quimiotácticos que atraen a los neutrófilos. Los neutrófilos reconocen a la célula intrusa como tal gracias a las marcas de los anticuerpos. Sin embargo, el sistema inmune es altamente redundante, la célula intrusa también puede interactuar con proteínas de membrana de los linfocitos o de las plaquetas, lo cual puede activar señales de alarma que atraen a los neutrófilos. En el segundo paso, los neutrófilos activan sus característica más amebiana, fagocitando a la célula intrusa por medio de una deformación de su membrana celular, la cual rodea al intruso hasta embolsarlo en un organelo en el interior. La fagocitosis es facilitada cuando la célula intrusa está cubierta con proteínas defensivas denominadas opsoninas. En el tercer paso tenemos una bolsa interna en el neutrófilo que contiene la célula extraña, a esta bolsa la denominaremos fagosoma. Activación de la fagocitosis, generalmente se da por la adhesión de proteínas Ig (anticuerpos también llamadas inmunoglobulinas) al cuerpo extraño, cuando el neutrófilo entra en contacto con las Ig se activa la respuesta de fagocitosis.
Figura 52. Neutrófilo tal como se ve al microscopio de una muestra de frotis
de sangre periférica.
En el paso cuatro, las proteínas de la membrana del fagosoma
son activadas, y además otras vesículas del neutrófilo producidas en los
gránulos se unen al fagosoma, descargando enzimas proteolíticas y también la
generación de iones superoxido. La mezcla final se denomina Descarga oxidativa
o Descarga respiratoria. Esta Descarga mata la célula intrusa.
Fagocitosis de una bacteria por parte de un leucocito
neutrófilo. El video se encuentra acelerado para poder notar el movimiento.
Los leucocitos basófilos son células del sistema inmune especializadas en la defensa contra parásitos de tipo eucariótico. Su conteo en sangre es muy bajo y encontrarlos en un frotis normalmente es más un asunto de suerte que otra cosa. Junto con los basófilos representan entre el 1% y el 6% del total de leucocitos en condiciones normales. Aunque los eosinófilos son raros, cuando se los encuentra son fáciles de identificar debido a su apariencia característica. Como su nombre implica, los eosinófilos capturan con fortaleza la colorante eosina tornándose anaranjados/rojos.
Figura 53. En la microfotografía siguiente tenemos un frotis de sangre con
dos leucocitos (E) eosinófilo y (N) neutrófilo.
Como los neutrófilos, los eosinófilos migran a los sitios de
inflamación, y al llegar su arma principal es la descarga metabólica (mezcla de
enzimas proteolíticas con radicales libres superóxido). Los eosinófilos
participan en la defensa contra infecciones de parásitos eucarióticos multicelulares
como las de gusanos planos, aunque también se los relaciona con el cierre de
heridas y con las respuestas alérgicas, contribuyendo a inflamaciones crónicas.
Una de las funciones principales de los basófilos es la de
incrementar la señal de alarma, favoreciendo las señales para la migración de
los neutrófilos y los eosinófilos. Como los anteriores, los basófilos son
leucocitos granulares polimorfonucleados, aunque su conteo en sangre normal es
muy bajo, su porcentaje es entre el 0% y el 2%. Los gránulos de los basófilos
poseen proteínas anticoagulantes y vasodilatadores como la heparina y la
histamina, esto le permite a la sangre fluir con mayor libertad al sitio de la
inflamación “lo cual favorece la hinchazón, incrementa la temperatura en la
zona y la pone muy roja”. Esta hinchazón o mejor dicho, este incremento en el
flujo de sangre en los vasos sanguíneos le permiten a los leucocitos
neutrófilos y eosinófilos llegar con mayor velocidad y probabilidad a la zona
de la inflamación.
Los leucocitos basófilos se caracterizan por una densa concentración de gránulos, los cuales producen las proteínas se alarma (inflamatorias, anticoagulantes y basodilatadoras). Adicionalmente, también segregan otras proteínas de alarma como las prostaglandinas y las leucotrienas. Los basófilos segregan casi las mismas proteínas inflamatorias que los mastocitos, y son activados por el reconocimiento de la inmunoglobulina E, de señales de heridas externas o por algunas drogas. El polen y otras sustancias pueden activarlos también, generando una señal de alarma innecesaria inflamando las zonas en contacto, lo cual genera una reacción alérgica.
Figura 54. Basófilo.
Cerca del 16% al 45% de los leucocitos son linfocitos. Los linfocitos se subdividen en dos grupos principales, los linfocitos B generadores de anticuerpo y diversas clases de linfocitos T, de entre los cuales los más famosos son los citotóxicos. Morfológicamente un linfocito B es indistinguible de un linfocito T en un frotis de sangre.
Figura 55. Varios glóbulos blancos.
La identificación por lo tanto debe realizarse por métodos
de inmunofluoresencia, donde se utilizan anticuerpos marcados para las
proteínas específicas de cada linfocito. Al microscopio, los linfocitos
aparecen con un núcleo muy denso y purpura que es bastante grande en
comparación con el resto de la célula que parece un mero borde muy delgado.
Existe otra línea de linfocitos generalmente no relacionados como tales,
denominados células asesinas naturales, las cuales poseen un citoplasma más
amplio, y prácticamente se asemejan a los monocitos. La mayoría de los
linfocitos circulantes son del tipo T (linfocitos timo-dependientes), y se los
clasifica como linfocitos T efectores, linfocitos T citotóxicos y células
asesinas naturales.
Entre el 20% y el 30% de los linfocitos circulantes son del
tipo B, las cuales se encargan de la síntesis de anticuerpos. Los linfocitos B
son dependientes del tuétano, el núcleo de los huesos (en inglés hueso es Bone,
por lo que al denominarlos linfocitos dependientes del hueso sería Bone
lymphocytes, de allí la gran B de los linfocitos B)
Cuando los receptores de membrana de un linfocito B detectan
su activador (antígeno) especifico inducen dos respuestas, la primera es una
reproducción clonal del linfocito, y la segunda, hacen que este empiece a
segregar anticuerpos que se unen de la misma manera al mismo antígeno exacto,
lo cual dispara otras respuestas y líneas celulares en el sistema inmune.
Existe otra línea celular de linfocitos llamada células nulas (null cell) cuyas
funciones no han sido elucidadas de manera precisa, aunque se ha hipotetizado
que están relacionadas junto con los linfocitos T citotóxicos en la respuesta
contra virus y tumores cancerígenos.
Al igual de los linfocitos, los monocitos son leucocitos carecen de gránulos con un núcleo simple “a veces”. Los monocitos representan entre el 4% y el 10% del total de leucocitos. Los monocitos son células fagocíticas que se distinguen de los linfocitos debido a su color más grisáceo de citoplasma cuando se los colorea con Wright. En ocasiones, el núcleo de los monocitos puede asemejarse a una herradura o a un frijol o ser ovoide.
Figura 56. El núcleo del monocito parece un frijol.
Al activarse los monocitos migran al tejido infectado, una
vez en el lugar se transforman de los macrófagos, las cuales son células
grandes de apariencia amebiana. Los macrófagos contienen gránulos, las cuales
son vesículas cargadas de enzimas proteolíticas que se utiliza para matar y
digerir a las bacterias y demás células extrañas.
Los monocitos al activarse generan varias líneas celulares,
en general hablamos de dos tipos generales que varían mucho en muchos subtipos
independientes. Uno de los grandes grupos de monocitos maduros son los
macrófagos encargados de devorar células extrañas y de activar al a los linfocitos
T. El otro grupo es el de las células dendríticas, las cuales son fagocitos, aunque
estas últimas permanecen en el nódulo linfático.
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