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de los seres vivos)(Referencias
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Durante la década de 1780 los científicos comenzaron a
realizar la distinción que ha perdurado hasta nuestros días entre los
compuestos inorgánicos y los compuestos orgánicos. Los compuestos orgánicos fueron definidos
como moléculas que podían ser obtenidas de los seres vivos. Los compuestos inorgánicos
por otra parte fueron definidos como sustancias que venían de fuentes no vivas.
De acuerdo a esta idea arcaica, era necesaria la intervención de una “Fuerza
Vital” para la síntesis de compuestos orgánicos. Dicha síntesis, podía tomar
lugar solo en el interior de los seres vivos y no podía llevarse a cabo en
frascos de vidrio de laboratorio. Entre
1828 y 1850 un número de compuestos que eran claramente “orgánicos” fueron
sintetizados de fuentes que eran claramente “inorgánicas”. La primera de estas
síntesis, fue realizada por Friedrich Wohler en 1828. Wohler encontró que el
compuesto orgánico denominado urea (un constituyente de la orina) podía ser
sintetizado mediante la evaporación en solución acuosa del compuesto inorgánico
Cianato de Amonio, la propuesta era tan chocante que muchos acusaron a Wohler
de estar demente (Brooke, 1971; McKie, 1944; Ramberg, 2000).
A pesar de que el “Vitalismo” desapareció lentamente de los
círculos científicos después de la síntesis de Wohler las distinciones entre
química orgánica e inorgánica aún siguen en uso. Por ejemplo, en el término
“vitaminas orgánicas” las cuales son aisladas desde fuentes biológicas y no
sintetizadas artificialmente. Aunque es posible argumentar que, en el aislamiento
imperfecto de la vitamina orgánica se encuentren otros compuestos útiles para
el organismo que no se encuentran en la vitamina sintética, cuando nos vamos a
la molécula en sí misma que se deseaba obtener, no existe distinción alguna
entre ambas vitaminas, por ejemplo, la vitamina C ya sea extraída de fuentes
biológicas o sintetizada artificialmente es la misma molécula, ahora su
biodisponibilidad es una historia aparte. Actualmente el estudio de los
compuestos que se extraen de los seres vivos se denomina a química de los
productos naturales o incluso de forma mucho más estricta por la bioquímica. Lo
anterior es importante, porque nos ayuda a definir a la vida como un sistema
químico y físico, sujeto de ser entendido, modificado y mejorado, ya sea por métodos
naturales o artificiales. Por lo anterior, excluimos al Vitalismo de cualquier
discusión acerca del origen o evolución de la vida en la tierra o de la
síntesis de compuestos químicos biológicos o de la misma fisiología de las
células vivas.
El estudio de la química se puede dividir en dos categorías
principales: química orgánica y química inorgánica. La diferencia entre los dos
es relativamente simple. La química orgánica es el estudio de moléculas
orgánicas. Una molécula orgánica contiene átomos de carbono e hidrógeno. Las
moléculas orgánicas constituyen porciones de células, tejidos y órganos. Una
molécula inorgánica no contiene una combinación de carbono e hidrógeno. El agua
(H2O) y la sal de mesa (NaCl) son ejemplos de moléculas inorgánicas.
Figura 29. Moléculas orgánicas. En las sustancias
orgánicas el carbono forma cuatro enlaces, que pueden ser con otros elementos
diferentes o con otros átomos de carbono.
Una célula bacteriana
microscópica puede contener miles de moléculas orgánicas diferentes. De hecho,
parece haber una variación casi ilimitada en la estructura de las moléculas
orgánicas. ¿Qué hay sobre el carbono que hace que las moléculas orgánicas sean
tan diversas y complejas? Recuerde que el carbono, con un total de seis
electrones, tiene cuatro electrones en la capa externa y por ende tiene la
capacidad de generar 4 enlaces, y típicamente estos enlaces se entablan con los
elementos hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, los elementos que constituyen la
mayor parte del peso de los organismos vivos.
Como el carbono es pequeño y necesita adquirir cuatro
electrones, el carbono puede unirse con hasta cuatro elementos más. Los átomos
de carbono con mayor frecuencia comparten electrones con otros átomos de
carbono. El enlaces C — C estable y el resultado es que las cadenas de carbono
pueden ser bastante largas y/o ramificadas. Los hidrocarburos son cadenas de
átomos de carbono que también están unidas solo a los átomos de hidrógeno.
Cualquier átomo de carbono de una molécula de hidrocarburo puede iniciar una
cadena de ramificación, y un hidrocarburo puede volver sobre sí mismo para
formar un compuesto de anillo. El carbono también puede formar dobles enlaces
con otros átomos, incluido otro átomo de carbono.
La naturaleza versátil del carbono significa que puede
formar una variedad de moléculas con la misma fórmula química (tipos de átomos)
pero diferentes estructuras. Las moléculas con diferentes estructuras, pero las
mismas combinaciones de átomos, se llaman isómeros. La química del carbono
conduce a una gran diversidad estructural de moléculas orgánicas. Dado que la
estructura dicta función, esta diversidad estructural significa que estas
moléculas tienen una amplia gama de funciones diversas, las cuales aumentan con
la presencia, ausencia y disposición de los grupos funcionales.
Los grupos funcionales de una molécula orgánica por lo tanto
ayudan a determinar sus propiedades químicas. Por ejemplo, las moléculas
orgánicas, como las grasas y las proteínas, que contienen grupos carboxilo (—COOH)
son tanto polares (hidrófilas o sea, solubles en agua) como débilmente ácidas.
Los grupos fosfato contribuyen a la estructura de los ácidos nucleicos, como el
ADN. Las proteínas y los aminoácidos poseen el grupo funcional amino que
contiene nitrógeno (—NH2).
Debido a que las células están compuestas principalmente de
agua, la capacidad de interactuar y ser soluble en agua afecta profundamente la
actividad de las moléculas orgánicas en las células. Por ejemplo, los hidrocarburos
son en gran parte hidrófobos (no solubles en agua), pero si se agregan varios
grupos funcionales (—OH)(como en la glucosa), la molécula puede ser hidrófila
(soluble en agua). Los grupos funcionales también identifican los tipos de
reacciones que sufrirá la molécula. Por ejemplo, las grasas se forman por la
interacción de moléculas que contienen alcoholes y grupos carboxilo, y las
proteínas se forman cuando los grupos funcionales amino y carboxilo de los
aminoácidos cercanos están unidos.
Las biocompuestos
Figura 30. Alimentos y biocompuestos. Algunos
alimentos contienen más de un biocompuesto en comparación de otros, por
ejemplo, las harinas de arroz, maíz, cebada, centeno y sus derivados son ricos
en carbohidratos aun cuando no tengan un sabor dulce; el queso, la mantequilla,
la margarina y el aceite son principalmente lípidos; y la carne, los huevos, la
leche y los granos poseen una mezcla de lípidos y proteínas. Es importante
consumir todos los tipos de alimento en proporciones correctas para no tener
problemas de desnutrición y/o sobrepeso.
A pesar de su gran diversidad, las moléculas biológicas se
agrupan en solo cuatro categorías: carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos
nucleicos. Usted está muy familiarizado con estas moléculas porque se sabe que
ciertos alimentos son ricos en carbohidratos, lípidos o proteínas. Cuando
digieres estos alimentos, se descomponen en moléculas más pequeñas o
subunidades. Luego, tu cuerpo toma estas subunidades y construye a partir de ellas
las grandes macromoléculas que componen tus células. Los alimentos también
contienen ácidos nucleicos, el tipo de molécula biológica que forma el material
genético de todos los organismos vivos, sin embargo, estos son destruidos por
los ácidos estomacales, así que del mismo modo que con otras sustancias, lo que
absorbes son las unidades para fabricar tus propios ácidos nucleicos.
Muchas de las moléculas biológicas están compuestas de una
gran cantidad de bloques de construcción similares, llamados monómeros. Cuando
se unen múltiples monómeros forman un polímero. Una proteína puede contener
cientos de monómeros de aminoácidos, y un ácido nucleico puede contener cientos
de monómeros de nucleótidos. ¿Cómo pueden los polímeros crecer tanto? Del mismo
modo que un tren aumenta de longitud cuando los vagones de carga se juntan uno
por uno, el polímero se alarga a medida que los monómeros se unen uno detrás de
otro.
El tipo más común de reacción química que se utiliza para construir un polímero a partir de un grupo de monómeros se denomina reacción de síntesis de deshidratación. Se llama así porque el equivalente de una molécula de agua (H2O), que significa tanto un (—OH) (grupo hidroxilo) como un H (átomo de hidrógeno), se elimina a medida que ocurre la reacción. Para descomponer una molécula biológica, una célula usa un tipo de reacción opuesto, es decir, hidrólisis por hidratación. Durante una reacción de hidrólisis (hidro, agua, lisis, ruptura), un grupo (—OH) del agua se une a un monómero y una H del agua se une al otro monómero, separándolos entre sí. En otras palabras, el agua se usa para romper el enlace que contiene los monómeros.
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